sábado, 14 de julio de 2012


Los únicos regalos del mar son golpes duros, y ocasionalmente la chance de sentirse fuerte. No conozco mucho acerca del mar, pero sé que así es. Y también sé lo importante que es en la vida no necesariamente ser fuerte, sino sentirse fuerte. Medirse uno mismo aunque sea una vez. Encontrarse aunque sea una vez en las más primitivas condiciones humanas. Enfrentando la ceguera y la sordera solo, sin nada que te ayude excepto tus manos y tu propia cabeza.

1 comentario:

  1. Es completamente cierto eso que dices.
    Cuando nos sentimos fuertes, no es necesariamente porque lo seamos, sino porque sabemos que podemos con lo que sea.

    Un beso linda.

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