viernes, 26 de noviembre de 2010

A veces es difícil pensar y actuar al mismo tiempo. No siempre tenemos el valor de arriesgarnos, por miedo a perderlo. Eso que te carcome la cabeza, te da vueltas y aun apostándole a la vida una vez más, me deje ganar. No es falta de coraje, es resignación. Casi pierdo todo, hasta la identidad y es que cuando se ama nada es demasiado y hoy, aprendo lo que fue cuando no tuve ni un poquito de valor para abrazarte. Y por eso, algún día (en otra vida o tal vez muy pronto) nos volvamos a ver, pero es que no tengo remedio y te extraño y la cuenta se me vuelve inquietante. Seguiré siendo la misma inmadura de siempre, la pendeja pero… en el fondo te encanta y a la vez lo odias. ¿Y lo peor? No te odio, te quiero con tus miles de defectos y aun así ayer te elegí, hoy te elijo y mañana te seguiré eligiendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario