domingo, 7 de noviembre de 2010

Quedarse y aguantar. Marcharse y aguantar

Quizás nunca llegamos a volar por las piernas de la madrugada.
Ahora pienso que es posible que sólo bailara mi pecho al oír tu voz en las tardes en las que me llamabas a la hora de siempre.
Ahora intento entender que sólo mis palabras jugaban a quererte entre nuestras frases, que no mentiste, pero tampoco juraste los sueños que escucharon mis pupilas teñidas de un azul que ni siquiera conozco, que no es tan importante el punto en el que dejaste de quererme porque sólo tú sabes si ese punto existe o si me quisiste alguna vez.
No tiene sentido alguno hacerte correr dentro de mis pensamientos, ahora que se pudrieron los minutos que nos quedan por compartir, que las miradas se han perdido el amor para bailar con el deseo, que de nada me sirve decirte que te echo de menos desesperadamente, que no me muero por ganarte ni tú te mueres por mí.
Ahora que tus palabras no persiguen un único sentido, que no me buscas de madrugada, que no respiro tus ansias por descubrir mis rincones, que has encontrado a la mujer a la que me parecía cuando me conociste.
Ahora que esto está tan muerto, que tu corazón está tan muerto, y que yo estoy tan viva.
Justo ahora, debería irme.
Pero me quedo.

By : Zara; los arboles bailan blogspot.

No hay comentarios:

Publicar un comentario